Amado Ramy:
Te escribo estas letras desde el sufrimiento de mi condena. Hoy he podido robarle al tiempo de mi desdicha estos momentos de desahogo. Cuando he leído tu misiva, mi corazón malherido ha exhalado un suspiro melancólico recordándome cuánto te añoro. Yo también te echo de menos, mi querido Ramy, pero desde esta prisión en la que vivo y muero cada día, tu recuerdo es un bálsamo que alivia mis heridas.
Cierro los ojos para clavar mi mirada en la tuya y elevarme hasta los cielos donde me hiciste tuya aquella última noche de velas, música y cuerpos que se funden en uno solo.
En estos instantes, robados furtivamente con el único propósito de reencontrarme contigo en el recuerdo, siento que mi cuerpo se estremece cuando tus manos recorrían cada centímetro de mi piel. Cuando tu boca se perdía entre mis pliegues empapados por el deseo urgente de sentir tu lengua sobre mi abultado clítoris. Cuando tus besos se mezclaban con los susurros y erizaban cada vello de mi piel. Cuando penetrabas hasta el fondo de mis entrañas haciéndome tuya para siempre.
Querido Ramy, tu recuerdo es el alimento que mantiene viva mi existencia cada día. Y cada noche, soñando con tu presencia, el fuego de la pasión me arrolla como un caballo salvaje y desbocado, sin riendas ni montura. Entonces mis dedos se pierden como tu boca en la frondosidad de mi sexo. Mis gemidos se acentúan haciéndolos tuyos hasta que el clímax llega a su cima y con un grito ahogado pronuncio tu nombre… Ramy, Ramy… mi amado Ramy.
Tuya, siempre tuya, Rayzel.
Rayzel, querida mía, que belleza de texto, ganas de sumergirte en las más profundas aguas de la sensualidad y el amor, un placer descubrir tus letras mi bella odalisca, felices pascuas, abrazos y gracias por seguirme :)
ResponderEliminarNos estamos leyendo, guapísima
Tiemblo de placer al leer tus palabras, amada mía. Yo también inhalo tu nombre en mis orgasmos sin tu aroma y no tengo más sueño que poder susurrarlo al son de tus caricias, de gritarlo cuando estoy erecto, desando explotar de deseo entre tus labios.
ResponderEliminarSuéñame como yo te sueño que me sueñas. Soñemos que soñamos a soñarnos en nuestro sueño. Y cuando abras los ojos apriétame contra tu piel desnuda, porque ahí estaré, mientras arrullo tu cuerpo besándolo todo, llamándote quedito para no turbar la belleza de tus ojos: Rayzel, diosa de mís días…
Tus letras recorren el tacto de la piel bajo su almohada... momentos furtivos, cautivos, besos que se entremezclan con el sabor de sus caricias...
ResponderEliminarLeerte es un auténtico placer, Ramy, tus letras son el abrazo de erotismo suave, y elegante, la suavidad envolvente, la esencia de la sensibilidad.
Gracias por tus bellas huellas dejadas en mi blog, y por supuesto, te sigo.
Besos.
Perdón, me equivoqué en el nombre, quise decir, Rayzel, disculpa mi error.
ResponderEliminarTus letras son una caricia y los latidos del amanecer.
Rayzel y Ramy, os felicito por este bellísimo blog que compartís es un dulce para los sentidos.
Os sigo.
Besos.
Quedas disculpada Carla. No podía ser de otra forma tras la acertada definición de los textos nacidos de la mano de Rayzel: sus letras son, en efecto, un abrazo de erotismo suave y elegante, la suavidad envolvente, la quintaesencia de la sensibilidad.
EliminarLuego, cuando ama, añade fuego en cada caricia, pasión desbordada en su mirada… pero siempre, siempre, es elegante. Es su esencia, es su ser.
Besos a ti, preciosa.